lunes, 9 de junio de 2014

La cámara sangrienta, de Angela Carter



 
 La cámara sangrienta, Angela Carter, 2014, 180 págs, 23 euros.

Angela Carter murió hace ya más de veinte años de un cáncer de pulmón. Es una de esas autoras a la que siento muy cerca. Los dos hemos compartido paisajes durante un tiempo, hemos habitado en las mismas tierras mágicas de las leyendas artúricas del suroeste, estudiado en la misma universidad y participado de las mismas obsesiones por las narraciones universales, las religiones y el surrealismo. Quizá lo único que nos separó de compartir un café en alguna parte han sido la enfermedad y el tiempo, siempre tan implacables e injustos.


“La cámara sangrienta” se ha vendido tradicionalmente como un libro de versiones de cuentos de hadas con un giro feminista. El trasfondo de estas historias, como el de los cuentos originales en los que se basan, es profundamente violento, sexual y simbólico. Supuso una auténtica revolución en su momento, y hoy día es estudiado en las universidades de medio mundo. La intención de la autora, sin embargo, no fue escribir tan solo versiones, sino usar cada cuento como punto de partida para desarrollar su propia historia.[1] Y lo que obtiene es una re-imaginación completa del mito. 

El libro apareció por primera vez en 1979. Ahora, treinta y cinco años después, la editorial Sexto Piso ha sacado una edición de lujo, acompañando las historias con dibujos de Alejandra Acosta, una ilustradora chilena maravillosa cuyo arte, al mismo tiempo clásico y muy actual, acompaña perfectamente las historias de Carter. Podéis saborearlo en su web.
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Al ser un libro de relatos, para algunos quizá sean historias para leer poco a poco, intercalándolas con lecturas algo más ligeras. El orden de los cuentos es el que sigue: “La cámara sangrienta” (basada en la historia de Barbazul), “El señor león, enamorado” y “La prometida del Tigre”(basadas en La Bella y la Bestia), “El gato con botas”, “El rey Elfo”, “la niña de nieve” (parcialmente basada en Blancanieves y en otras historias), “la dama de la casa del amor”, “el hombre lobo” y “en compañía de lobos” y “Lobalicia” (estos tres últimos basados en Caperucita Roja en mayor o menor medida).

La obra ha soportado bien el paso del tiempo, y sigue teniendo plena vigencia hoy en día. Eso sí, Carter escribió con la novela gótica del siglo XIX en la cabeza, y eso marca las historias, muy centradas en la psicología interna de los personajes, en la descripción y en los sentimientos. El estilo de Carter, tan recargado, casi bizantino, invita a ser tomado a pequeños sorbos. No son simples florituras, cumplen maravillosamente su función que es la de evocar parajes míticos y mágicos. Paisajes que habitan nuestro subconsciente y que ella es capaz de sacar a la luz. 

 “La cámara sangrienta” me parece de lectura obligada por su evidente calidad y por su importancia literaria. Ahora bien, gustará sobre todo a los seguidores del género fantástico y de terror y a lectores de novela romántica y erótica clásicas.

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