Hola a todos. Este es un post rápido para
comentaros las últimas novedades y los proyectos que estoy planeando para un
futuro próximo.
Desde que empecé el blog, hace ya casi seis meses,
han ocurrido muchas cosas. Gané el concurso de microrrelatos en Twitter “Inspira
Degás” organizado por la Fundación Canal. También fui uno de los seleccionados de
la antología de microrrelatos erótico-románticos organizada por la editorial ArtGerust.
He participado en varios concursos más que, de momento, todavía están pendientes
de fallo. Crucemos los dedos.
Por otra parte, estoy podando los últimos versos
de mi primer poemario (HNLH), y me gustaría empezar a moverlo por editoriales en
los próximos meses. Esa es la razón por la que ya apenas publico poesía en el
blog, porque deja de ser inédita y no podría presentarla a la mayoría de los
concursos. Estoy contento con el poemario, pero es difícil poner punto final
a un proyecto de este tipo; nuevos poemas entran constantemente, y los más
flojos van saliendo, y así podría seguir la cosa para siempre.
Para acabar, también quería informaros de que uno
de mis relatos ha sido publicado en el último número de la revista Ultratumba,
creada por Javier Herce, escritor y miembro de la Asociación Española de Terror
Nocte. Ultratumba está centrada en la cultura gótica nacional, y entre sus
páginas ya ha publicado a gente como Santiago Eximeno, Miguel Aguerralde o
Ignacio Cid. La verdad es que me ha hecho mucha ilusión ver mi nombre en la
lista de colaboradores del número 31.
El relato lleva por título “El espantajo”. Lo
escribí hace ya unos cuantos años tratando de transmitir una cierta atmósfera
de terror clásico, al estilo de las películas de la Universal; es una historia
para leer en blanco y negro.
Os dejo con los primeros párrafos:
“Los chicos
estaban jugando a las carreras en los campos de trigo. Era una tarde tibia de
finales de Septiembre, y las espigas se agitaban al son de un atardecer rojo
como brasas incandescentes. La brisa arrastraba las risas y el jolgorio, junto
al grito de un cárabo que tras desperezarse alzaba el vuelo.
Andrei
llevaba la delantera.
-¡Hasta
el espantajo y vuelta, no lo olvidéis!
Tenía
el pelo pajizo y los ojos de un azul profundo, grandes y tristes. Sus pies
estaban llenos de barro porque no llevaba zapatillas. Corrió hasta rozar la
raída chaqueta color castaña del espantajo con la punta de los dedos de su mano
y volvió hacia atrás. Llegó el primero.
-¡Tres
puntos más para Andrei!- gritó Magda, que contabilizaba las victorias sentada
sobre un montón de heno.
Andrei
sonrió al espantajo, inmóvil en la distancia, y la cabeza redonda y llena de
bultos le devolvió la sonrisa. Era tarde, y los muchachos debían volver a casa
antes de que se hiciera de noche. Se fueron caminando, tirando piedras a los
cristales de los caserones encantados y espantando a los gatos con horcas y
escobas.”
Podéis leer el resto del relato (pág. 56 a 59) aquí.
Ya voy a leerlo al link.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo.
HD
Muchas gracias, Humberto. Espero que te guste.
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